No hay nada como pararse a pensar que es lo que has hecho estas dos últimas semanas de viaje. No es por rutina, palabra incompatible en un viaje de aventura, es por absorber toda la información adquirida y aprendida en ruta. Cuando parece que has tenido una semana tranquila y sin apenas cosas importantes que contar, te das cuenta que es cuando más cosas tienes que explicar, pues los momentos requieren tiempo para aprender de ellos. Un viaje sencillo a priori entre dos capitales escandinavas se ha convertido en una clase magistral de arte, historia, cultura y generosidad humana. Continue Reading
