Vuelvo a las andadas después de un largo parón invernal. Mi estancia en la capital noruega me ha dejado huella, tengo experiencias allí como para escribir un libro, pero esto es un blog sobre mis viajes no un reality show de telecomedia, por eso no escribiré sobre mis días en Oslo. Solo diré que GRACIAS a todos los que han estado conmigo estos últimos meses, a mis amigos, excompañeros de trabajo y piso (he remarcado a mis compis de piso para que no me digan que no hablo de ellos como en la radio). Siempre se hace difícil dejar a las personas que aprecias detrás. Creo que a medida que pasa el tiempo cuesta más, pero también diré que jamás mi idea de continuar ha sido mas férrea. En Oslo he encontrado a personas que después de siete meses las he llegado apreciar, querer e incluso amar a mi manera, son y serán amigos de por vida. Pero las estancias prolongadas no han sido amigas mías en los últimos tiempos, tantos días estacionado hicieron perder el rumbo y a mi mismo. Es hora de reencontrarse.
¡Adiós Noruega!
Abandoné Oslo después de haber vivido una semana llena de emociones, entre ellas teníamos la suerte de poder vivir el día nacional de Noruega. Las calles de alrededor del palacio real se llenaron de personas con ganas de celebrar el día que se firmó la constitución, el 17 de mayo de 1814dc. Noruegos vestidos con sus mejores trajes tradicionales, extranjeros residentes y turistas se congregaron en un espectáculo de trompetas y tambores en desfile. Miles de banderas recorrían las calles de la capital, una cita que no se la perdió ni la familia real.
La verdad es que esta vez no hay fotos con Negrita abandonando Oslo. El postureo se lo comió la congoja del cobarde. Pero a medida que avanzaba empezaba a ver una pequeña sombra de lo que había llegado a ser. Los meses de sequía ciclista y el buen comer me hicieron sufrir de lo lindo. El sillín, después de que me lo robasen en la ciudad, no era lo confortable que me habría gustado que fuese y lo notaba cada vez que me subía en Negrita. El cuerpo se resistía en ser lo que era, por suerte Noruega me ofrecía sus últimos dones y yo, sabedor de mis desgracias lo supe aprovechar.
Suecia
Las fronteras en Europa son fáciles de atravesar. Crucé la frontera al tercer día de viaje y lo primero que hice fue presentarme a una tienda de deportes XXL a comprarme una funda para el sillín con gel. Ya no sabía como poner el cuerpo cada vez que me sentaba en la bicicleta, creo que este asiento lo van a utilizar en las futuras películas de tortura china, y menciono películas porque no se lo deseo a nadie.
Aun así, con sufrimiento incluido, las ciudades que me iba encontrando por el camino me llenaban de entusiasmo. Hasta que conseguí aprender el truco para buscar las carreteras secundarias adecuadas, Suecia me llevaba por el camino de la amargura, pero una vez superado el aprendizaje solo quedaba disfrutar. Arvika me sorprendía con este mural. Creo sinceramente que las ciudades mejoran con este tipo de arte callejero.
En Kristinehamn me deslumbro con esta escultura monumental de Pablo Picasso. Esta estatua de 15 metros de alto forma parte de la serie de pinturas y esculturas «Les dames de Mougins», temas que hizo con su mujer Jacueline. Hay que decir que Picasso nunca piso Kristinehamn, esta obra de arte la diseño él en Francia y fue construida por el artista noruego Carl Nesjar, amigo del malagueño.
Esta foto representa lo que más me ha llamado la atención de momento de Suecia. Un enorme castillo de piedra, de los que a mi me gustan, en medio de un islote y la afición de los suecos por los coches americanos. Además Örebro es una ciudad que está hermandada con la ciudad catalana de Terrasa, a unos cuarenta minutos de casa de mis padres. Tan lejos y tan cerca de casa…
Por supuesto Suecia me ha brindado lugares tan mágicos como este en Svartå. Las noches las he pasado casi todas en la orilla del lagos, donde me las he tenido que ingeniar para parecer una persona civilizada al día siguiente. La forma fácil de ducharse es un baño rápido en las aguas heladas de estos majestuosos charcos de agua dulce. En ocasiones en compañías peculiares, como mis amigas las nutrias o los pajaritos, que tan pronto te hacen compañía como se valen de su cantar para hacer de despertador.
Y para que no digan que las familias reales no acogen al extranjero, acampé en los terrenos de este palacio real en Strömsholm. Probablemente los reyes tenían el mismo conocimiento de mí como yo de ellos al acampar, pero el descubrimiento del palacio a la mañana siguiente fue gracioso. Al parecer lo construyeron en el sXVII para criar caballos, a finales del sXIX lo utilizaron para entrenar la caballería del ejercito y ahora es el lugar más importante de Suecia en la equitación deportiva.
Llegando a la ciudad de Västerås me encontré con un fuerte olor a goma quemada. Por motivos de seguridad habían cortado las calles que me llevaban al centro urbano y como soy así de curioso me fui a ver que había pasado. Una fabrica de aceites se prendió fuego la noche anterior, información cogida del lugar por mirones como yo. Esperemos que no hayan heridos y que todo lo grave sea tan solo material.
Una vez al centro me encontré con este puente del amor. Parece ser que todas las ciudades tienen sus puentes de los amantes. La próxima vez pondré un candadito con el grabado de «Manel y Negrita» 🙂
Una anotación sobre Västerås es que tienen a la chica de oficina de turismo más entusiasta que he conocido hasta la fecha. Sacó todos los mapas que tenía en su poder, me hizo la ruta para ir más rápidamente a Estocolmo y para asegurarse llamó a su hermana que es ciclista y había hecho esa ruta días antes. Si lees esto quiero darte las gracias por tu dedicación.
Y claro, el buen tiempo anima a todo cicloturista. Esta primera semana hemos estado por encima de los veinte grados constantemente con picos de hasta 29ºC en algunos lugares del territorio sueco. Pero la buena suerte no solo trajo buen tiempo, también me presento a un nuevo amigo que viene desde París. Te deseo lo mejor en tu viaje Adel y que encuentres muchos más momentos donde hacer barbacoa. Bon courage!
Estocolmo
Mi llegada a la capital sueca fue un poco caótica, las señales ciclistas no te indican el centro hasta que falta cinco kilómetros, y claro ¡yo no me sé los nombres de los barrios! Además llegaba a la gran ciudad sin lugar donde alojarme, por una vez ni warmshowers ni couchsurfing me han servido para estar en Estocolmo. Así me vi obligado en alojarme en un camping, yo pagando por poner mi tienda de campaña en Suecia… ¿quién me lo iba a decir? pero lo importante es que lavé la ropa, que después de diez días de rutas olían a rata muerta.
Pero antes de situarme el tiempo decidió ducharme por el camino. En cuestión de segundos un viento huracanado nos trajo una lluvia torrencial que parecía el fin de los días. Ciclistas y viandantes nos protegimos como pudimos entre balcones, portales y puentes. Solo los más valientes continuaban bajo la lluvia, como pueden comprobar, yo me dedique hacerme selfies xD
Puede que lo más impactante de Estocolmo sean la cantidad de callejuelas estrechas que serpentean el casco antiguo de la ciudad. Un sinfín de lugares con encanto que inspiran a la imaginación.
También me dio tiempo de ver el cambio de guardia en el palacio real. Una banda de orquesta montada a caballo nos animaban a todo el público allí expectante. Los soldados caminaban en formación a ritmo de los tambores y las trompetas mientras todos aplaudíamos cada vez que terminaban una escena.
Si no tenía suficiente con las maravillas de los edificios y los puentes que unían las islas de la gran ciudad sueca pude disfrutar de las maravillas del festival gastronómico con escaparates de restaurantes de muchísimos lugares internacionales. Un milagro y una tortura para un glotón con el bolsillo vacío como yo, pero me homenajeé con un helado de blåbär, que es arándano en sueco pero quedaba mejor 😛
¿Quién no se acuerda de la pequeña rebelde pelirroja de grandes trenzas? Suecia es su país de origen y por si el mundo ha olvidado a quien se considera unos de los primeros iconos feministas de la historia de la televisión, los suecos la continúan vendiendo como uno de los grandes personajes de la historia sueca, junto a Odín y Thor entre otros dioses del Aesir. Una niña capaz de levantar un caballo con la fuerza de una sola mano, una rebelde en una época de machos cabríos. Aquí dejo mi pequeño homenaje a Pippi Långstrump.
Y esto es todo lo que ha dado estos primeros días de viaje.
Hay personas que buscan la verdad en su interior y otras que necesitan salir fuera para encontrarse a ellos mismos. En un mundo de grandes esperanzas, sueños al alcance de valientes y corazones rotos, el valor y la virtud se enmudecen con la monotonía de una vida sedentaria que nos eligió como conejillos de indias para sus fines conformistas. Hacen falta agallas para subirse al tren con el destino que elegimos nosotros y abandonarnos a su suerte. Solo una vida nos han dado, y no pienso perderla esperando.
Quiero dar las gracias a todos los que habéis estado a mi lado estos días, tanto de viaje como previos. Sobre todo una especial mención a mi amigo Mustafa y su compañero de piso Stig que me acogieron esta semana previa y pude ver Oslo desde otra cara. TUSEN TAKK!
Y como no me gusta terminar tan serio, más ahora que he encontrado el camino, demos todos energía a Goku para hacer su Genkidama ¡Kame hame ha!
Hasta el próximo capitulo de esta vida loca. Feliz semana, semanas o lo que tarde en volver a escribir 🙂
¡Un abrazo!
Por fin ya avía ganas de seguir tus aventuras . Como siempre me encanta. Lugares preciosos, historias y experiencias intensas. Sigue con tus viajes y historias. Queremos mas . Cuídate mi NIÑO. TE QUEREMOS