Vuelta al mundo en bicicleta
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Los días pasan volando. Empiezo a volver a ver las noches y mis apreciadas puestas de sol cada vez más tempranas. He tenido una semana sin complicaciones y por suerte he sabido esquivar la lluvia… ¡mas o menos! Hoy me toca escribir desde la oficina de turismo, en un día muy especial. Pero aunque seguramente ya sabréis porque es tan especial, no diré nada hasta el final del post. Primero a explicar lo que he hecho estos días 🙂
Nada en esta vida dura para siempre, esto es lo que embellece la vida y la convierte en algo tan especial. Mi último post lo escribí sin terminar las islas Lofoten. He tenido encuentros increíbles en medio de paisajes que quitan el hipo. También los he tenido bajo una lluvia apasionada. La vida del viajero pasa deprisa, pero como dicen en mi tierra, ¡lo bueno si es corto dos veces bueno!
Han pasado dos semanas desde mi último post sobre mi viaje, parecía que iba a terminar, pero no. Aquel día solo termino el proyecto Rumbo a Cabo Norte, pero aquí me tenéis, de vuelta al camino. Y más vale que os abrochéis los cinturones porque en dos semanas hemos rodado casi mil kilómetros, y sí, hemos, porque no viajo solo. Pero empecemos por el inicio.
Han pasado miles de cosas desde que decidí hace ya varios meses subir a Cabo Norte. Siempre he dicho y diré que lo que tiene de especial este lugar tan remoto de Europa no es el destino, sino el camino que has de recorrer. No son los kilómetros recorridos, sino los momentos vividos con la intensidad tan aplastante cómo lo puede ser el, viento, la lluvia o las 24 horas de sol. Un destino que se engrandece por el sudor y el esfuerzo, el valor y el coraje necesarios para alcanzar un mito, Nordkapp.
Este puede ser un post un poco largo, pero merece la pena explicar. ¡Por fin estoy en el polo norte! Me ha costado llegar hasta aquí más de lo imaginado. El invierno, problemas burocráticos con Rusia, problemas mecánicos con Negrita y la pequeña lesión de mi muñeca izquierda podrían ser los motivos de mi retraso, pero no. La verdadera razón es que he disfrutado de este país cómo un niño chico con zapatos nuevos. Vamos a ver que he hecho estos primeros días en la verdadera Laponia.
Por fin me da tiempo de pararme un momento a escribir. A pesar que ya ha pasado casi una semana, hoy explicaré mi aventura sobre las 24 horas de viaje «sin descansar» del miércoles pasado. Una aventura que me ha permitido ver mis limites físicos y mentales.
Hoy vamos hablar sobre las casualidades planificadas pero, ¿cómo una casualidad puede estar planificada? Pues es muy sencillo, un viaje siempre camina entre la casualidad que es la fortuna de lo inesperado, y la planificación que es lo que en tu cabeza aparece como debería de ser o hacerse las cosas. Esto último es algo que siempre intento pero casi nunca lo consigo, ¡siempre acabo rompiendo los planes! Continue Reading
Esta semana ha sido de todo menos lo esperado. Comencé en tierra firme despidiéndome de Izaro y Dave y he acabado perdido entre un montón de islas, en una de las rutas más famosas de la zona: la ruta del archipiélago. Puede que haya sido el destino, pero se ha convertido en una de las semanas que menos kilómetros he hecho, pero de las que más experiencias por kilómetro he conseguido. Si Finlandia es así todo el tiempo, ¡me veo llegando a cabo norte el año que viene!
Mi último post ha dado mucho de que hablar, sobre todo por la falta de libertad de la que hablé y experimente en mis inicios en Rusia. Gracias a mi estancia en St. Petersburgo y a la calidad como amigos de Alexander y su novia Vero me ayudaron a liberarme de la opresión mental que me había generado en la cabeza. Pero me quedaba aún una meta por cumplir en la madre Rusia, y esa era salir de allí. ¿Estaba preparado para ello?
Por fin había llegado la semana tan esperada, y no porque dependiese mi vida en ello, sino porque al final iba a realizar mi proyecto de visitar el país más grande del mundo. La semana se presentó fantástica, un sol radiante me acompañaba todo el día y hemos tenido temperaturas por encima de los 20ºC. Estonia me estaba brindando los mejores días del año, en lo que al tiempo se refiere. Y así llegué a la frontera, pero vayamos por partes y no adelantemos, que hay tiempo para explicarlo todo. Continue Reading
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